Gotas de lluvia
sobre los hombros de la noche.
Mirada de niño huérfano
entre rendijas olvidadas.
Huellas por cientos de caminos,
una marca, un punto, un latido.
Nada sé.
Solo te digo, amigo mío,
que no tengo paraguas,
ni techo de espuma.
Los zapatos son herraduras
en los pies del tiempo gélido.
Un cielo estrellado
es todo o mi tesoro.
El mejor tesoro.
Ourense, Dic. 2012